Las editoriales (empresas que se dedican a hacer libros) son muy importantes, porque sin ellas el trabajo de los escritores no llegaría hasta nosotros, convertido en libro.
Una de las que más me gusta es Quimantú, una editorial que el Estado chileno creó a comienzos de 1970. En su colección Cuncuna, dedicada a los niños, muchos escritores nacionales publicaron sus cuentos.
Los editores de Quimantú (personas encargadas de buscar las historias que se convertirán en libros) también publicaron cuentos tradicionales, que son los que pasan de generación en generación y que tienen un autor anónimo (nadie sabe quién fue).
Y ahora que lo recuerdo... tengo en mi biblioteca uno de estos últimos, se llama El Rabanito que volvió. ¿Lo quieres leer?
Memoriosa.